Five or six centuries before the birth of Christ, God made a promise through the prophet Jeremiah: “I will raise up for David a just shoot,” whom we regard now as Jesus, our Savior (Jeremiah 33:15).
Before he died, Jesus made a promise to his disciples: He promised that when he comes in glory, those who stand upright before him will be redeemed. At this time of year, we think more often of the first promise than the second. It may help to remind ourselves of the third way in which Jesus comes into the world, also when we least expect: into our hearts.
He may come through the service we do for those in need, or in the forgiveness we receive in the sacrament of reconciliation, or when we give and receive in the spirit of gratitude that pervades this time of year. Realizing that Jesus may come to us this way again and again before he eventually comes again in glory, let us, as Paul writes, strengthen our hearts by “increas[ing] and abound[ing] in love for one another and for all” (1 Thessalonians 3:12).
What will you do this Advent to hasten Jesus’ coming into your heart?
—We Celebrate Worship Resource, Vol. 50, No. 1
Cinco o seis siglos antes del nacimiento de Cristo, Dios hizo una promesa a través del profeta Jeremías: “Haré surgir de David un retoño justo”, a quien ahora consideramos como Jesús, nuestro Salvador (Jeremías 33:15).
Antes de morir, Jesús hizo una promesa a sus discípulos: prometió que cuando él venga en gloria, quienes se presenten ante él serán redimidos. En esta época del año, pensamos más a menudo en la primera promesa que en la segunda. Puede ser útil recordar la tercera forma en que Jesús viene al mundo, también cuando menos lo esperamos: en nuestros corazones.
Puede venir a través del servicio que hacemos a los necesitados, o en el perdón que recibimos en el sacramento de la reconciliación, o cuando damos y recibimos en el espíritu de gratitud que impregna esta época del año. Al darnos cuenta de que Jesús puede venir a nosotros de esta manera una y otra vez antes de que finalmente venga de nuevo en gloria, fortalezcamos nuestros corazones, como escribe Pablo, “creciendo y abundando en amor unos para con otros y para con todos” (1 Tesalonicenses 3:12).
¿Qué harás este Adviento para acelerar la venida de Jesús a tu corazón?
—We Celebrate Worship Resource, Vol. 50, No. 1
You can feel Pilate’s sigh of relief when Jesus told him that his kingdom did not belong to this world. Little did he realize that Jesus’ kingdom, the kingdom of God, dwarfed the entire Roman empire, both in size and permanence.
We recently heard Jesus tell a scribe, “You are not far from the kingdom of God” (Mark 12:34). Why? Because he immediately understood why loving God with your whole self and loving your neighbor as yourself were the greatest of all the commandments. This is the kingdom the scribe understands but Pilate never will. It is a kingdom won not by conquest or might, but by love of God and love of neighbor. It is a kingdom not gained through dominance, but through sacrifice.
Jesus sacrificed himself out of love of God, as proven by his obedience to his Father’s will, and love of neighbor, as evidenced by his dying for the sins of us all. May we learn the lesson Pilate never did: that the true kingdom is not of this world, but that love of God and love of neighbor will take us there.
Would Jesus say that you are not far from the Kingdom of God?
Podemos sentir el suspiro de alivio de Pilato cuando Jesús le dijo que su reino no pertenecía a este mundo. No se daba cuenta de que el reino de Jesús, es el reino de Dios y empequeñecía a todo el imperio romano, tanto en tamaño como en permanencia.
Hace poco escuchamos a Jesús decirle a un escriba: “No estás lejos del reino de Dios” (Marcos 12:34). ¿Por qué? Porque comprendió de inmediato por qué amar a Dios con todo tu ser y amar al prójimo como a sí mismo era el mayor de todos los mandamientos. Este es el reino que el escriba entiende, pero Pilato nunca entenderá. Es un reino que no se gana por conquista o por poder, sino por amor a Dios y al prójimo. Es un reino que no se obtiene a través del dominio, sino a través del sacrificio.
Jesús se sacrificó por amor a Dios, como lo demuestra su obediencia a la voluntad de su Padre, y por amor al prójimo, como lo demuestra su muerte por los pecados de todos nosotros. Aprendamos la lección que Pilato nunca aprendió: que el verdadero reino no es de este mundo, pero que el amor a Dios y al prójimo nos llevarán allí.
¿Diría Jesús que no estás lejos del Reino de Dios?
—We Celebrate Worship Resource, Vol. 49, No. 2
The stars have had a special symbolic significance going back to the beginning of our faith. God told Abraham to look at the stars in the night sky, promising him that his descendants will one day be as numerous. Today we hear that in Daniel’s prophetic vision, “those who lead the many to justice shall be like the stars forever” (Daniel 12:3). The uncountable multitude of souls guiding us to justice from their eternal home recall the uncountable multitude of stars Abraham and Sarah glimpsed in the heavens. Jesus told his disciples that while he was in the world, he was the light of the world. It is up to us now to reflect the light of Christ to the world, to be beacons for others, to make the works of God visible. One day the Lord will return to gather his elect and bring them home to the Father. May his warning that no one knows when this will happen spur us to action, to provide light to our world now, whether the world ends soon or far, far in the future.
How do you reflect the light of Christ in the world? What more can you do to shine that light in the darknesses around you?
Las estrellas han tenido un significado simbólico especial desde el comienzo de nuestra fe. Dios le dijo a Abraham que mirara las estrellas en el cielo nocturno, prome éndole que un día sus descendientes serían tan numerosos como ellos. Hoy escuchamos que en la visión profé ca de Daniel, “los que conducen a la mul tud a la jus cia serán como las estrellas por siempre” (Daniel 12:3). La incontable multitud de almas que nos guían hacia la jus cia desde su hogar eterno recuerda la incontable multitud de estrellas que Abraham y Sara vislumbraron en los cielos. Jesús dijo a sus discípulos que mientras él estaba en el mundo, era la luz del mundo. Ahora nos toca a nosotros reflejar la luz de Cristo al mundo, ser faros para los demás, hacer visibles las obras de Dios. Un día, el Señor regresará para reunir a sus elegidos y llevarlos a casa con el Padre. Que su advertencia de que nadie sabe cuándo sucederá esto nos impulse a la acción, para brindar luz a nuestro mundo ahora, ya sea que el mundo termine pronto o muy, muy lejos en el futuro.
¿Cómo reflejas la luz de Cristo en el mundo? ¿Qué más puedes hacer para que esa luz brille en las nieblas que te rodean?
We just heard Jesus teach what love of God and love of neighbor are the most important of all God's commandments. Today we meet two people who have taken this to heart. Each is a widow. Each sacrifices her own well-being to give all that she has to God and neighbor. In the first reading, a widow has hardly anything left to give her young son. She expects that they will soon die of hunger. But she gives the last of her bread and water to this stranger, this man of God, rather than kingly telling him no, that she can't spare any of what little she has left. In the Gospel, a widow contributes two coins to the temple treasury-all she had-as an offering to God and to those in need. The incredible sacrifice each woman makes would look foolish to many. But note that not long after this incident, Jesus will look foolish to many, sacrificing his life on the cross for our salvation. The two selfless women sacrifice all that they have as well, not knowing how they will survive themselves, but believing that generosity to God and to neighbor is more important.
How generous are you? How can you bring yourself to be more generous to God and others?
Acabamos de escuchar a Jesús enseñar que el amor a Dios y al prójimo son los mandamientos más importantes de Dios. Hoy nos encontramos con dos personas que se lo han tomado muy en serio. Ambas son viudas. Cada una sacrifica su propio bienestar para dar todo lo que ene a Dios y al prójimo. En la primera lectura, una viuda no ene casi nada para darle a su hijo pequeño. Ella espera que pronto mueran de hambre. Pero ella le da lo úl mo que le queda de pan y agua a este extraño, este hombre de Dios, en lugar de decirle majestuosamente que no, que no puede prescindir de nada de lo poco que le queda. En el Evangelio, una viuda contribuye con dos monedas al tesoro del templo, todo lo que tenía, como ofrenda a Dios y a los necesitados. El increíble sacrificio que hace cada mujer parecería tonto para muchos. Pero note que no mucho después de este incidente, Jesús parecerá tonto para muchos, sacrificando su vida en la cruz por nuestra salvación. Las dos mujeres desinteresadas también sacrifican todo lo que enen, sin saber cómo sobrevivirán, pero creyendo que la generosidad hacia Dios y el prójimo es más importante.
¿Qué tan generoso eres? ¿Cómo puedes ser más generoso con Dios y con los demás?
Reading I: 1 Kings 17:10-16 • Elijah and the Widow
Reading II: Hebrews 9:24-28 • The Sacrifice of Jesus
Gospel: Mark 12:38-44 • Hypocrisy of the Scribes, and the Widow’s Mite
Key Passage: Jesus said, “Truly I tell you, this poor widow has put in more than all those who are contributing to the treasury. For all of them have contributed out of their abundance; but she out of her poverty has put in everything she had, all she had to live on.” (Mark 12:43–44) Adults: What are you willing to give out of love for God that would be a hardship for you? Kids: What would you be willing to give up for someone else?
Lectura I: 1 Reyes 17:10-16 • Elías y la viuda
Lectura II: Hebreos 9:24-28 • El sacrificio de Jesús
Evangelio: Marcos 12:38-44 • La hipocresía de los escribas y la ofrenda de la viuda
Pasaje Clave: Jesús dijo: “Les aseguro que esta viuda pobre ha echado más que todos los que contribuyen al tesoro. Porque todos han echado de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza, ha echado todo lo que tenía, todo su sustento”. (Marcos 12:43-44)
Adultos: ¿Qué estás dispuesto a dar por amor a Dios que sería una dificultad para ?
Niños: ¿Qué estarías dispuesto a dar por otra persona?
Reading I: Deuteronomy 6:2-6 • The Great Commandment
Reading II: Hebrews 7:23-28 • Jesus, the Eternal High Priest
Gospel: Mark 12:28b-34 • The Greatest Commandment
Key Passage: [The scribe] asked him, “Which commandment is the first of all?” Jesus answered, “The first is, ‘Hear, O Israel: the Lord our God, the Lord is one; you shall love the Lord your God with all your heart, and with all your soul, and with all your mind, and with all your strength.’” (Mark 12:28–30)
Adults: Why is love of neighbor as important as love of God?
Kids: When do you show that you love God and your neighbor with your whole heart?
Lectura I: Deuteronomio 6:2-6 •El Gran Mandamiento
Lectura II: Hebreos 7:23-28 • Jesús, el Sumo Sacerdote Eterno
Evangelio: Marcos 12:28b-34 • El Gran Mandamiento
Pasaje Clave: [El escriba] le preguntó: “¿Cuál es el primer mandamiento de todos?” Jesús le respondió: “El primero es: ‘Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios, es el único Señor; amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma,con toda tu mente y con todas tus fuerzas’” (Marcos 12:28–30)
Adultos: ¿Por qué el amor al prójimo es tan importante como el amor a Dios?
Niños: ¿Cuándo demuestras que amas a Dios y a tu prójimo con todo tu corazón?
It is incredibly rewarding for a teacher to see or hear that glimmer of understanding in a student, especially in a student who has failed to comprehend earlier lessons. Scribes had consistently failed to understand Jesus. They were more concerned about keeping Sabbath practices and eating with clean hands than about doing good for others. But today we meet a scribe who, when told that the greatest of all commandments is to love God with our whole self and to love our neighbor as ourselves, immediately points out that these are worth more than all the offerings made in the temple. Jesus, seeing that he “got it,” assures him, “You are not far from the kingdom of God” (Mark 12:34). We just honored the saints, whom we believe are in God’s kingdom. This is our goal as well. Today we are reminded of the means to that goal. The love and care that we have for ourselves must be turned outward, toward God and our neighbor. This sacrifice—not one of the burnt offerings, but the selfless one Jesus modeled for us on the cross—is the sacrifice Jesus calls us to make.
How will you show that you too understand the greatest commandment?
Es increíblemente gratificante para un maestro ver u oír ese destello de comprensión en un estudiante, especialmente en un estudiante que no ha comprendido las lecciones anteriores. Los escribas habían fracasado constantemente en entender a Jesús. Estaban más preocupados por guardar las prácticas del sábado y comer con las manos limpias que por hacer el bien a los demás. Pero hoy nos encontramos con un escriba que, cuando se le dice que el mayor de todos los mandamientos es amar a Dios con todo nuestro ser y amar al prójimo como a nosotros mismos, inmediatamente señala que estos valen más que todas las ofrendas que se hacen en el templo. Jesús, viendo que lo había entendido, le asegura: “No estás lejos del reino de Dios” (Marcos 12:34). Acabamos de honrar a los santos, quienes creemos que están en el reino de Dios. Este es también nuestro objetivo. Hoy se nos recuerda el medio para alcanzar ese objetivo. El amor y el cuidado que tenemos por nosotros mismos deben dirigirse hacia afuera, hacia Dios y hacia el prójimo. Este sacrificio —no el de un holocausto, sino el desinteresado que Jesús modeló para nosotros en la cruz—es el sacrificio que Jesús nos llama a hacer.
¿Cómo demostrarás que tú también en endes el mayor mandamiento?