Matthew’s Gospel has been called the gospel of the church. His five great discourses are especially aimed at community formation. Matthew’s Jesus sets out how the Christian community is to live with each other and in the world. Today’s two images, following immediately after the Beatitudes, appeal to our imagination, challenging us to be salt and light. Salt both preserves and gives flavor to what it touches. If salt loses its savor, it is useless. Also, the community is light for the world when it does the corporal works of mercy: feeding the hungry, sheltering the homeless and oppressed, clothing the naked. Isaiah promises, “You shall cry for help, and [the Lord] will say: Here I am!” (58:9). Being communities of salt and light is the social mission of the Church. Pope Francis reminds us that as the baptized, we must be missionary disciples. We are called to live the gospel in the world. Just as salt gives flavor and preserves, our holiness flavors society and preserves it from corruption. We must bring the light of Christ; we cannot hide our light under a bushel basket.
Do you want to live like a light that is on or off?
—We Celebrate Worship Resource, Vol. 42, No. 1
El Evangelio de Mateo ha sido llamado el evangelio de la iglesia. Sus cinco grandes discursos están dirigidos especialmente a la formación comunitaria. El Jesús de Mateo explica cómo la comunidad cristiana debe relacionarse entre sí y en el mundo. Las dos imágenes de hoy, inmediatamente después de las Bienaventuranzas, apelan a nuestra imaginación, desafiándonos a ser sal y luz. La sal conserva y da sabor a lo que toca. Si la sal pierde su sabor, es inútil. Además, la comunidad es ligera para el mundo cuando hace las obras corporales de la misericordia: alimentar a los hambrientos, proteger a los desamparados y oprimidos, vestir a los desnudos. Isaías promete: "Clamarás por socorro, y [el Señor] dirá: Aquí estoy!" (58: 9). Ser comunidades de sal y luz es la misión social de la Iglesia. El Papa Francisco nos recuerda que, como bautizados, debemos ser discípulos misioneros. Estamos llamados a vivir el Evangelio en el mundo. Así como sal da sabor y conserva, nuestra santidad saborea la sociedad y la preserva de la corrupción. Debemos traer la luz de Cristo; No podemos esconder nuestra luz bajo una cesta de celemín.
¿Quieres vivir como una luz que está encendida o apagada?
—We Celebrate Worship Resource, Vol. 42, No. 1
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