St. Francis of Assisi Weekly Reflections

Forgiveness at Mass

01-21-2018Liturgy CornerFr. Paul Turner © 2001 Resource Publications, Inc.

The sacrament of reconciliation is the church's special celebration of pardon, but forgiveness of sins is also one of the fruits of the Mass. There are many moments throughout the Eucharistic celebration when the texts and gestures of the Mass express the community's sorrow for sins.

We begin with a penitential rite, which may include striking the breast in a simple gesture of sorrow. The presider then asks that God have mercy on us and forgive our sins. On Sundays this penitential rite may be replaced with a sprinkling rite, signifying our purification. While singing the Glory to God and the Lamb of God, we ask the One who takes away the sins of the world to have mercy on us. When the deacon or priest kisses the Gospel, he prays that its words may wipe away our sins. While washing his hands, the priest asks God to wash away his iniquity and cleanse him of sin. During the Lord's prayer we all ask God to forgive our sins.

And, of course, the sharing of communion itself forgives sins (Catechism of the Catholic Church 1393-94.) The main purposes of Mass are to express thanks and praise to God and to sanctify the assembly through holy communion. But one of the other results is the forgiveness of sins. The faithful who are aware of grave sin should celebrate the sacrament of reconciliation before presenting themselves for communion.

Reconciliation is advised for all, no matter how light our sins may be. But the faithful struggling with ordinary sinful lives may find assurance that their participation at Mass will grant forgiveness through word, gesture and sacrament.

El Perdon en la Misa

El sacramento de la reconciliación es la celebración especial del perdón de la iglesia, pero el perdón de los pecados es también uno de los frutos de la Misa. Hay muchos momentos en la celebración Eucarística cuando los textos y gestos de la Misa expresan el dolor de la comunidad por sus pecados.

Comenzamos con el rito penitencial, que puede incluir golpear el pecho en un simple gesto de tristeza. El que preside luego le pide a Dios que tenga misericordia de nosotros y que perdone nuestros pecados. Los domingos, este rito penitencial puede ser reemplazado con un rito de aspersión, lo que significa nuestra purificación. Mientras cantamos la Gloria a Dios y al Cordero de Dios, le pedimos a Aquel que quita los pecados del mundo que tenga misericordia de nosotros. Cuando el diácono o sacerdote besa el Evangelio, reza para que sus palabras puedan borrar nuestros pecados. Mientras se lava las manos, el sacerdote le pide a Dios que lave su iniquidad y lo limpie de pecado. Durante la oración del Señor, todos le pedimos a Dios que perdone nuestros pecados.

Y, por supuesto, el compartir de la comunión como tal perdona los pecados (Catecismo de la Iglesia Católica 1393-94). Los propósitos principales de la Misa son expresar agradecimiento y alabanza a Dios y santificar la asamblea a través de la sagrada comunión. Pero uno de los otros resultados es el perdón de los pecados. Los fieles que conocen el pecado grave deben celebrar el sacramento de la reconciliación antes de presentarse a la comunión. La reconciliación se recomienda para todos, no importa qué tan ligeros sean nuestros pecados. Pero los fieles que luchan con vidas pecaminosas ordinarias pueden encontrar la seguridad de que su participación en la Misa les concederá el perdón a través de palabras, gestos y sacramentos.

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