St. Francis of Assisi Weekly Reflections

Destroy this temple and in three days I will raise it up

03-04-2018Weekly ReflectionWe Celebrate Worship Resource, Vol. 43, No. 1

Our ways are not God’s ways. Our perspective is not God’s perspective. In the Gospel, Jesus drives the money changers and animal dealers out of the temple. It would appear that he was upset about all this commerce in this most holy place. But there was a legitimacy to the practice. The faithful who came to the temple needed to pay the temple tax and make sacrifices in accordance with the law. They needed to exchange their Roman money for coins without Caesar's image. They often needed to obtain animals to sacrifice when it was impractical to bring their own. But this is human logic. Jesus hints at His perspective when he says, “Destroy this temple and in three days I will raise it up” (John 2:19). The time of fulfillment is now. The temple in Jerusalem pales in importance to the temple of Christ’s body. The temple building—the paramount sign of God’s presence—is replaced by Jesus himself. There is no need for animal sacrifice when Jesus will make the ultimate sacrifice. But this was lost on the authorities. Paul echoes this when he points out that worshiping one who suffers and dies makes no sense from a human perspective. But from God’s perspective, this sacrifice, freely made, will save the world.

What does your life look like from God’s perspective?

Destruyan este temple y en tres dias lo reconstruiré

Nuestros caminos no son los caminos de Dios. Nuestra perspectiva no es la perspectiva de Dios. En el Evangelio, Jesús aleja a los cambiadores de dinero y a los traficantes de animales fuera del templo. Parecería que estaba molesto por todo este comercio en este lugar tan sagrado. Pero había una legitimidad para la práctica. Los fieles que venían al templo necesitaban pagar el impuesto del templo y hacer sacrificios de acuerdo con la ley. Necesitaban cambiar su dinero romano por monedas sin la imagen de César. A menudo necesitaban obtener animales para sacrificar cuando no era práctico traer los suyos. Pero esto era lógica humana. Jesús insinúa su perspectiva cuando dice: “Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré” (Juan 2:19). El tiempo de cumplimiento es ahora. El templo en Jerusalén es de poca importancia en comparación con el templo del cuerpo de Cristo. El edificio del templo, el signo supremo de la presencia de Dios, es reemplazado por el mismo Jesús. No hay necesidad de sacrificar animales cuando Jesús hará el último sacrificio. Pero esto se perdió en las autoridades. Pablo hace eco de esto cuando señala que adorar a alguien que sufre y muere no tiene sentido desde una perspectiva humana. Pero desde la perspectiva de Dios, este sacrificio, hecho libremente, salvará al mundo.

¿Cómo crees que se ve tu vida desde la perspectiva de Dios?

BACK TO LIST