What wonders the Lord can do! A tender shoot from a cedar becomes the tallest tree on the mountain. Seed scattered on the earth yields fruit of its own accord. A tiny mustard seed grows into a huge shrub. What’s more, in each case the fruit of God’s work extends its blessings to others. The majestic cedar in Ezekiel’s story provides shade and shelter for every kind of bird. The sower of the seed harvests the fruit of the untended plants. The mustard plant yields pods filled with seeds that add flavor to food. But these are all parables. Each image used by Ezekiel and Mark describes something else. Because the Israelites were in exile at that time, Ezekiel needed them to trust that God had not abandoned them. The tender shoot from the crown of the old tree suggests a future king from the linage of David, himself the youngest son of Jesse. The two parables of Jesus in today’s passage from Mark explicitly connect the stories to the kingdom of God. Like the fledgling Christian community in the time of Mark and Paul, the kingdom of God starts out tiny and seemingly insignificant. But if a small shoot can grow into a majestic cedar, if a tiny mustard seed can grow into a large plant, if a microscopic sperm and egg can grow into a human person, so much so can the kingdom of God be built up into a whole world as one.
How can you help build up the kingdom of God in the world?
¡Cuantas maravillas hace el Señor! Un brote tierno de un cedro se convierte en el árbol más alto de la montaña. La semilla esparcida por la tierra produce fruto por sí misma. Una pequeña semilla de mostaza se convierte en un enorme arbusto. Además, en cada caso, el fruto del trabajo de Dios extiende sus bendiciones a los demás. El majestuoso cedro en la historia de Ezequiel proporciona sombra y refugio para todo tipo de aves. El sembrador de la semilla cosecha el fruto de las plantas desatendidas. La planta de mostaza produce vainas llenas de semillas que agregan sabor a los alimentos. Pero todas estas son parábolas. Cada imagen utilizada por Ezequiel y Marcos describen algo más. Debido a que los israelitas estaban en el exilio en ese momento, Ezequiel necesitaba que confiaran en que Dios no los había abandonado. El brote de la corona del viejo árbol sugiere un futuro rey del linaje de David, él mismo el hijo más joven de Isaí. Las dos parábolas de Jesús en el pasaje de hoy de Marcos relacionan explícitamente las historias con el reino de Dios. Al igual que la incipiente comunidad cristiana en el tiempo de Marcos y Pablo, el reino de Dios comienza siendo pequeño y aparentemente insignificante. Pero si un pequeño brote puede convertirse en un majestuoso cedro, si una diminuta semilla de mostaza puede convertirse en una planta enorme, si un espermatozoide y un óvulo microscópico pueden convertirse en una persona humana, así también el reino de Dios puede ser edificado en un mundo completo.
¿Cómo puedes ayudar a edificar el reino de Dios en el mundo?
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