The Christmas season actually lasts 40 days, from Christmas Day until Candlemas, the Feast of the Presentation, on February 2. The 12 days of Christmas refer to the most festive part of the season, from Christmas Day until Epiphany.
Similarly, the period from Easter Sunday through Divine Mercy Sunday (the Sunday after Easter Sunday) is an especially joyful time. The Catholic Church refers to these eight days (counting both Easter Sunday and Divine Mercy Sunday) as the Octave of Easter. (Octave is also sometimes used to indicate the eighth day, that is, Divine Mercy Sunday, rather than the entire eight-day period.)
Every day in the Octave of Easter is so important that it is treated as a continuation of Easter Sunday itself. For that reason, no fasting is allowed during the Octave of Easter (since fasting has always been forbidden on Sundays), and on the Friday after Easter, the normal obligation to abstain from meat on Fridays is waived.
Easter season doesn't end after the Octave of Easter: Because Easter is the most important feast in the Christian calendar, even more important than Christmas, the Easter season continues on for 50 days, through the Ascension of Our Lord to Pentecost Sunday, seven full weeks after Easter Sunday! Indeed, for the purpose of fulfilling our Easter Duty (the requirement to receive Communion at least once during the Easter season), the Easter season extends a bit further, until Trinity Sunday, the first Sunday after Pentecost. That final week isn't counted in the regular Easter season, though. We count both Easter Sunday and Pentecost Sunday in the 50 days of the Easter season.
So even after Easter Sunday has passed, and the Octave of Easter has passed, keep on celebrating and wishing your friends a happy Easter. As St. John Chrysostom reminds us in his famous Easter homily, read in Eastern Catholic and Eastern Orthodox churches on Easter, Christ has destroyed death, and now is the "feast of faith."
La temporada navideña en realidad dura 40 días, desde el día de Navidad hasta las Candelarias, la Fiesta de la Presentación, el 2 de febrero. Los 12 días de Navidad se refieren a la parte más festiva de la temporada, desde el día de Navidad hasta la Epifanía.
Del mismo modo, el período desde el Domingo de Pascua hasta el Domingo de la Divina Misericordia (el domingo después del Domingo de Pascua) es un momento especialmente alegre. La Iglesia Católica se refiere a estos ocho días (contando tanto el Domingo de Pascua como el Domingo de la Divina Misericordia) como la Octava de Pascua. (La Octava también se usa a veces para indicar el octavo día, es decir, el Domingo de la Divina Misericordia, en lugar del período completo de ocho días).
Todos los días de la Octava de Pascua son tan importantes que se tratan como si fueran una continuación del Domingo de Pascua. Por esa razón, no se permite el ayuno durante la Octava de Pascua (ya que el ayuno siempre se ha prohibido los domingos), y el viernes después de Pascua, se exime de la obligación normal de abstenerse de comer carne los viernes.
La temporada de Pascua no termina después de la Octava de Pascua: debido a que la Pascua es la fiesta más importante en el calendario cristiano, incluso más importante que la Navidad, la temporada de Pascua continúa durante 50 días, a través de la Ascensión de Nuestro Señor hasta el domingo de Pentecostés, siete semanas completas después del domingo de Pascua! De hecho, con el propósito de cumplir con nuestro Deber de Pascua (el requisito de recibir la Comunión al menos una vez durante la temporada de Pascua), la temporada de Pascua se extiende un poco más, hasta el Domingo de la Trinidad, el primer domingo después de Pentecostés. Sin embargo, esa última semana no se cuenta en la temporada regular de Pascua. Contamos el domingo de Pascua y el domingo de Pentecostés en los 50 días de la temporada de Pascua.
Entonces, incluso después de que haya pasado el Domingo de Pascua, y haya pasado la Octava de Pascua, siga celebrando y deseando a sus amigos una feliz Pascua. Como San Juan Crisóstomo nos recuerda en su famosa homilía de Pascua, leída en las iglesias católicas orientales y ortodoxas orientales en Pascua, Cristo ha destruido la muerte, y ahora es la "fiesta de la fe."