St. Francis of Assisi Weekly Reflections

Go and Do AND Sit and Listen

07-17-2016Weekly Reflection

Last Sunday's "Good Samaritan" parable concluded with Jesus' command: Go provide hands-on mercy to the next person you meet, no conditions, no limits, no exceptions. But today, Jesus seems to criticize Martha's hands-on mercy of hospitality, while praising Mary's "hands-off" as "choosing the better part" (Luke 10:42). Mary sat listening (10:39), leaving Martha "burdened with much serving by herself" (10:40). So, is the contemplative life of prayerful silence "superior," but the active life of earning a living, raising a family, running parishes, schools, hospitals, and social service ministries "second-class" discipleship? No; Jesus' example is not either/or but both/and: silent communion with God, boundless compassion for people. If we do not seek Jesus in silent prayer, how will we find Jesus in all others? If we do not serve Jesus in others, will our worship, despite its beauty, be anything but empty ritual? This Jubilee Year of Mercy offers us Jesus' two-fold challenge: both "go and do" and "sit and listen."

—Peter Scagnelli, Copyright © J. S. Paluch Co., Inc.

Vayan y Hagan Y Siéntensen y Escuchen

La parábola del domingo pasado terminaba con la orden de Jesús: vayan a hacer obras de misericordia a su prójimo, sin condiciones, sin límites, sin excepciones. Pero hoy, Jesús parece que reprocha que Marta esté practicando la obra de misericordia de la hospitalidad, por el contrario parece que elogia a María "quien está haciendo nada" como que "escogió la mejor parte" (Lucas 10:42). María está sentada escuchando (10:39), dejando a Marta "sola con todo el quehacer" (10:40). ¿Entonces parece que la vida contemplativa del silencio es "superior" y, una vida activa, de trabajo, de familia, de hacer algún tipo de pastoral en la Iglesia, en la escuela, en un hospital o de asistencia social es un discipulado de "segunda clase"? La respuesta es NO. El ejemplo de Jesús no es: esto/aquello sino ambos/y; una comunión en silencio con Dios, una compasión sin límites por las personas. Si no buscamos a Jesús en la oración en silencio, ¿cómo encontraremos a Jesús en nuestros prójimos? Si no servimos a Jesús en el prójimo, ¿nuestra adoración, alabanza, culto, pese a su hermosura, será solo un ritual vacío? Este Año Jubilar de la Misericordia, Jesús nos ofrece dos desafíos de Jesús: ambos "vayan y hagan" y "siéntense y escuchen."

—Peter Scagnelli, Copyright © J. S. Paluch Co., Inc.

BACK TO LIST