St. Francis of Assisi Weekly Reflections

Recorded Music

08-06-2017Liturgy CornerFr. Paul Turner © 2001 Resource Publications, Inc.

Music at Catholic worship is meant to be live. Recorded music is inappropriatebecause it obstructs the active participation of the faithful. In 1958, theCongregation of Rites excluded from worship musical instruments “operatedmechanically or automatically.” It absolutely forbade recorded music “toreplace or support the singing at a liturgy” (Instruction 60, 71). Decades later,this instruction has been largely ignored, especially its injunctions againstelectronic organs and mechanical church bells.

Still, the basic principles are sound. The instruction stressed the importance ofthe holy people of God praying, singing, and playing their own music in faith.The liturgy, according to a 1967 editorial of the Concilium, needs “living, actingpeople entering into communion with mystery.”

Sometimes at a wake or a wedding, family members will request the playing ofprerecorded music or the use of a recording to accompany a live singer. Thesame advice applies: refrain from recordings. The use of live instruments andsingers is always preferred. The faithful are called to participate in music firstwith faith and then with skill. Live music will always better express theemotion of the human heart lifted up to God.

Música Grabada

La música en la adoración católica está hecha para vivir. La música grabada esinapropiada porque obstruye la participación activa de los fieles. En 1958, laCongregación de los Ritos excluidos de los instrumentos musicales de culto"funcionaba mecánica o automáticamente". Se prohibió totalmente la músicagrabada "para reemplazar o apoyar el canto en una liturgia" (Instrucción 60,71). Décadas más tarde, esta instrucción ha sido en gran parte ignorada,especialmente sus órdenes contra órganos electrónicos y campanas mecánicasde la iglesia.

Sin embargo, los principios básicos son sólidos. La instrucción enfatizó la importancia del pueblo santo de Dios orando, cantando y tocando su propia música en la fe. La liturgia, según un editorial de 1967 del Concilium, necesita "personas vivas y actuantes que entran en comunión con el misterio".

A veces en una estela o una boda, los miembros de la familia solicitarán la reproducción de música pregrabada o el uso de una grabación para acompañar a un cantante en vivo. El mismo consejo se aplica: abstenerse de grabaciones. Siempre se prefiereel uso de instrumentos y cantantes en vivo. Los fieles son llamados a participar en la música primero con fe y luego conhabilidad. La música en vivo siempre expresará mejor la emoción del corazón humano elevado a Dios.

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